lunes, 7 de noviembre de 2011

Espejo tapado, espejo sagrado.

Yo soy esa oscuridad que te desgarra,
yo soy el hielo que te atrapa
entre garras de frío mortal.

Envuelta en carnes rosadas y telas cálidas,
se halla esta alma marchita.
Adornada con brillos de plata y nubes
se halla reclusa la verdad.

Mi máscara es tan espesa como el petróleo crudo.
Mi máscara es tan dura como el cristal de un espejo.

No mires en mí, como si te vieras a ti,
romperás el hechizo, y te cortarás las manos.
Sangre espesa correrá para deleite del páramo helado
y bañará mis labios.

La muerte no es para ti mortal.
Vuelve donde la luz mora,
Y llévate la sangre y los cristales contigo.
Dónde puedas vivir en paz,
Lejos del caos que hallas conmigo.